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La Unión Bancaria se estableció con el objetivo de garantizar que el sector bancario de la zona del euro sea seguro, fiable, y esté regulado y supervisado de manera uniforme contando con un código normativo único (“Single European Rulebook”). Además, su establecimiento permite reforzar la estabilidad financiera, promoviendo el uso de mecanismos de gestión crisis que minimicen el uso de los recursos de los contribuyentes, como ocurrió en el pasado.
La Unión Bancaria cuenta actualmente con un Mecanismo Único de Supervisión (MUS) que se puso en marcha en 2014 y un Mecanismo Único de Resolución (MUR) que se activó un año después, en 2015, complementado con un Fondo Único de Resolución (JUR) mutualizado, cuyos recursos se han venido constituyendo por la totalidad las entidades de crédito del Eurosistema, entre las que se incluyen las entidades españolas, para afrontar la resolución de las entidades consideradas de interés público. El marco regulatorio europeo aplicable a los fondos de garantía nacionales que pertenecen a la UE, emitido en 2014, permite a su vez la protección armonizada del depositante en los distintos países de la Unión, sin embargo, el establecimiento de un Fondo Único de Garantía de Depósitos (EDIS), el denominado Tercer Pilar de la Unión Bancaria, todavía no se ha implementado y sigue siendo objeto de debate político en el seno de la UE.
Establecer un EDIS permitiría avanzar en la creación de un mercado bancario único, consolidaría el proyecto de la Unión Bancaria y, no menos importante, fortalecería aún más la protección de los depositantes ante eventuales crisis financieras. El FGD sigue con la máxima atención este debate y participa en él de forma activa en los foros en los que está presente, de forma coordinada con el resto de autoridades españolas.